martes, 22 de marzo de 2016

Cto Provincial de 10.000 m

Esta vez tocaba reencuentro con la pista, en concreto con la distancia reina del fondo, la más larga de los programas habituales en el óvalo. Mi club organizaba el sábado el campeonato gallego de 10.000 m junto con el campeonato provincial y algunas pruebas más de menor distancia para categorías de menores.


25 vueltas a la pista, prueba que me gusta pero que es complicada, más en un horario de tarde en el que no suelo rendir tan bien. Pese a todo, y a la vista del resultado de Porriño la idea era correr en un tiempo por debajo de 38:30. No estoy muy mal de forma pero tampoco me veo para repetir en estos momentos la marca de hace 2 años de 37'46".
A las 5 de la tarde la temperatura era agradable, lucía el sol y no parecía que fuera a llover, aunque alguna nube negra ya parecía asomarse por el horizonte y sería el presagio del diluvio, que sufrirían los participantes en el gallego, un par de horas después.




15 participantes en la línea de salida. De mi club tan sólo yo y un junior, Said, que pagaría la novatada de debutar en la pista. No completamos equipo para la clasificación por clubes así que menos presión para mí.


Suena el pistoletazo y empieza el carrusel. A dar vueltas se ha dicho. En la primera aún vamos todos juntos con el grupo estirado, luego ya se fracciona. Un grupo delantero con Julián Romero, Dani, Albino... unas 8 unidades; un segundo con Diego Ribao, Javier Gómez, Novoa, Rubén del Arenteiro y servidor; por detrás quedan Said y Luis del Esprintes.



Voy controlando el tiempo y veo que estamos corriendo a un ritmo demasiado rápido para mí, pasamos las vueltas a 1'30" lo que daría un tiempo final de 37'30". Mi ritmo objetivo era 1'32". Es una mala situación de carrera porque la diferencia de ritmo era pequeña y las opciones eran, o quedarse solo en tierra de nadie, o engancharse al grupo a riesgo de reventar. Elegí lo segundo.



Transcurrían las vueltas y nunca acabaría de sentirme cómodo, siempre con el gancho puesto y la sensación de la soga la cuello.





Llegó un momento en que el marcador de vueltas se estropeó y creo que el crono a pie de pista también, o al menos durante unas vueltas no fui capaz de verlo. Me acabé de perder totalmente, ya no sabía bien ni la distancia que llevaba ni el ritmo al que iba. Reconozco mi fallo al no llevarme más estudiados los pasos como la última vez. Me confundí y pensaba que íbamos a un ritmo más elevado del que realmente llevábamos.




Y es que en la segunda mitad de la prueba el ritmo decayó. Tan solo Javi llevaba el peso de tirar del grupo.





Estas pruebas de pista tienen un alto grado de componente psicológico y yo me pasé las 25 vueltas pensando en que no iba poder aguantar y me iba quedar desfondado.


Cuando a falta de 3 o 4 vueltas Rubén rompió el grupo el grupo y Diego se fue con él, al principio pensé que tendría fuerzas para seguirles pero al final no fue así. Aún ahora dudo si fue realmente falta de fuerzas o un problema de mentalidad, de que el "no puedo" que llevaba en la cabeza durante todas estas vueltas había tomado el control.




En las 2 últimas vueltas di todo lo que me quedaba, sufriendo mucho al final y total para acabar en un tiempo decepcionante: 38:53. 11º de la serie.



Me supo mal la verdad. No es cuestión ya de hacerlo en una buena marca o no, ya que eso depende de muchos factores y el cuerpo a veces responde y otras no. Me supo mal por la actitud, por no saber gestionar bien esos pensamientos negativos, no saber adaptarse bien a una circunstancia no deseada de carrera como fue la de no encontrar grupo con ritmo adecuado. Ni siquiera puedo tener la justificación de haber tirado gran parte de la carrera como Javi.
En fin, que no fue una actuación como para sentirse orgulloso pero siempre hay lecciones que se pueden sacar. Como en todo.

Clasificaciones (completas aquí)
Final B Masculina
1º Julián Romero Ourense Atl.  35:42
2º Albino Fernández Atl. Arenteiro  35:47
3º Daniel Valentín Ourense Atl. 35:53


Tras nuestra serie fue el turno de la prueba femenina, un campeonato gallego con muy poquitas inscritas, cosa que no acabo de entender pero bueno. Me alegro por el título de Iria, que nunca falla, y por la medalla de bronce de María, justa recompensa por valiente.
La última de las pruebas fue el campeonato gallego en categoría masculina que acabó adquiriendo tintes épicos por el diluvio que les cayó. Lluvia a mares, granizo... y pese a eso se consiguieron muy buenas marcas y no hubo un solo abandono. A veces se cumple lo de nunca supe lo fuerte que era hasta que ser fuerte fue mi única opción. Título para un gran atleta como Rubén Diz y una de las grandes alegrías de la tarde fue la mínima para los Juegos Paralímpicos de Alejandro Montero. Que grande! En 2 añitos ha rebajado en 3'30" su marca en 10.000; los 35'15" de hoy le abren las puertas de Río y aún tiene margen de mejora.

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