martes, 28 de abril de 2015

VII Carreira popular de Monforte

Este fin de semana volví al asfalto. Con más pena que gloria, eso sí. La de Monforte es una carrera llana y rápida, 7 km sin apenas un metro de desnivel, aunque con un par de giros de 180º en cada una de las dos vueltas. Ya había participado en la segunda edición hace ya 5 años, aunque a mí me parece que fue ayer. De aquella me saliera una carrera bastante decente, cosa que no sucedió este domingo.
La verdad es que ya llevo unas cuantas semanas que estoy entrenando bien, he recuperado el gusto por correr y me siento con muy buenas sensaciones. Quizás por eso esperaba algo más.


La mañana estuvo alternando entre momentos de lluvia y momentos de sol, temperatura agradable y apenas viento (aunque apenas una ráfaga bastó para tirar con el stand de los trofeos una vez que habíamos cruzado la línea de meta) Las condiciones para correr eran bastante buenas.
Empecé a calentar bastante temprano porque era una distancia corta y así aprovechaba el entrenamiento. Luego me encontré con Lalo, el presi de mi club, y ya hice el resto del calentamiento con él. 
Lalo normalmente corre mucho más que yo pero como estaba sin apenas entrenar y con un tratamiento de antibióticos decidió intentar acompañarme (que como se vería luego sucedería al revés,  sería yo el que intentaría seguir su ritmo)
A las 12 del mediodía se dio la salida a nuestra carrera con una amplia participación y con varios corredores de gran nivel, entre ellos el reciente campeón de España de 10 Km en ruta. A pesar de que la inscripción era gratuita (ya pocas carreras se ven así) había premios en metálico para los primeros clasificados.


No estábamos demasiado bien situados en la salida y como el recorrido de inicio no es muy amplio, nos vimos inmersos en medio de un atasco. Hasta pasado el primer control de carrera no pudimos empezar a correr con total libertad. Según el chip los primeros 1300 metros los hicimos en 5'13" a un ritmo de 4'04" el Km. En ese momento mi puesto era el 100º.
Aún quedaba bastante carrera y fuimos remontando posiciones. En toda la vuelta ganamos casi 40 plazas. De respiración me sentía bastante cómodo pero de piernas nunca tuve buenas sensaciones. Me notaba lento y pesado, quizás me faltara ritmo.

Al principio de la segunda vuelta alcanzamos a Germán que había corrido la maratón la semana pasada y nos preguntó que hacíamos tan atrás. Bueno, en mi caso la verdad es que no iba muy sobrado que digamos y mucha excusa no tenía.
Pasamos el segundo control, Km 4,7 en 18'46" en un grupo de 4 corredores. Ya habíamos bajado la media a 4' el kilómetro.
Aguanté con ellos unos metros más pero luego me descolgué. Una mezcla de apatía y escasa capacidad de sufrimiento, no sé. El caso es que fui incapaz de seguirles. Los metros que me tomaron Germán y Lalo resultaron insalvables.


El puesto más o menos lo conservé porque no había nadie cerca, de hecho hasta gané dos posiciones respecto al control, pero la verdad es que acabé un tanto decepcionado. 
Crucé al línea de meta en 27'26", casi 1 minuto más que la última vez. Puesto 60º. Media de 3'56"/Km, pobre teniendo en cuenta la distancia y el perfil. Pero bueno, de todas formas, como ya digo, si sigo entrenando bien será cuestión de tiempo que se vuelva notar en las carreras. Quizás tan sólo necesite un poco más de confianza.
Paso a paso.

Clasificaciones (completas aquí)
Masculina
1º Alejandro Fernández 3&Run Pedro Nimo  20:59
2º Carlos Villamor 3&Run Pedro Nimo 21:46
3º  Javier Paredes Ourenrunning  22:11

Femenina
1ª Paula Mayobre Escuela atl. Paula Mayobre  25:11
2ª Noemi Villar  Oviedo Atl. 26:32
3ª Ana Belén Losada Ourenrunning  27:07

martes, 21 de abril de 2015

5º Mini-Trail Pozo do Demo

Con el tiempo que llevaba sin participar en trails y ahora ya van dos consecutivos. Me tocaba elegir este fin de semana entre ir a la pista a Vigo o a este trail, y como aún no me siento con confianza para la pista pues al final me decanté por el trail, por eso de dejar de lado el reloj y tomarlo como un entreno. Hay que variar un poco de estímulos y los trails son un buen medio para sumar kilómetros y ganar fuerza en las piernas.
Le llamaban mini y eran "sólo" 16 Km pero al final resultó una carrera bastante dura con cerca de 1000 metros de desnivel acumulado. Yo había participado hace unos años cuando eran 12 Km y el recorrido era menos duro y técnico. Los cambios algunos me gustaron más y otros menos.
La salida era desde el manantial de Cabreiroá, un entorno muy chulo que está a algo más de 1 km del centro de Verín y del pabellón donde se recogían los dorsales y estaba situada la meta. Al trote no es más que un paseo.
Éramos algo más de un centenar de inscritos, en buena parte caras conocidas. Nos pusimos en marcha de una forma un tanto sorpresiva, con un: "hala buena suerte y pasadlo bien."


Los primeros kilómetros eran fáciles, de pistas anchas y sin demasiado desnivel. Era terreno conocido de la última vez. Salí tranquilo porque me lo iba tomar como un entrenamiento y porque desconocía en cierta medida lo que me iba encontrar. Enseguida llegamos ya las primeras rampas, al principio se podía correr pero luego vendrían otras de mayor desnivel que se subían andando, con las manos en las rodillas o como buenamente se pudiera. Pasamos junto al Pozo do Demo que da nombra a la prueba y nos metieron por un nuevo sendero abierto este año. Estaba muy chulo y me gustó pero tampoco me pude deleitar demasiado por fijarme bien donde ponía los pies.
Esta primera parte de la carrera era un terreno favorable para mí. Pese a que en las subidas no me encontré con muchas fuerzas y me dolía la espalda, las bajadas eran fáciles y no técnicas, lo que provocaba situaciones curiosas, como que alcanzara a Xabi bajando y luego me dejara subiendo, el mundo al revés jeje.


Me habían cantado el puesto y creo que me dijeron que iba el 35º a 8' del primer clasificado, que imaginé que sería Casado. Aún quedaba mucha carrera. Los paisajes eran muy bonitos y se veía todo el valle del Támega.
En el km 9 alcanzamos el punto de mayor altitud del recorrido 707 m. Habíamos partido de los 300. En el siguiente kilómetro descenderíamos 230 metros, en algún tramo bastante complicado por un sendero con regueros que se usa para el descenso de btt. Aquí si que este tipo de terreno no se me da nada bien y perdí de vista a Xabi y a Iván que iba justo detrás. Aún acabo de salir de 2 meses con el tobillo tocado como para jugarme aquí la temporada en algo que no me va ni me viene. Más vale lento pero seguro.
Llego abajo. Hay un tramo de pista que recordaba de la última vez pero luego nos meten por una parte de bosque. Al principio es entretenido pero luego se me hizo pesado, mucho tobogán, mucho sube y baja sin mucho sentido, bajaba por una pendiente muy pronunciada para a continuación volverla a subir por otro lado. Creo que siempre recordaré la imagen del Pescas gritando piedra piedra y luego abrazado a un árbol. Es que había alguna bajada que se las traía, mucha pendiente y con el suelo de hoja de pino que era bastante resbaladizo.
Fue después de esa bajada complicada, que yo me quedé un poco atrás del grupo en el que iba, ya comenté que este terreno no me va, cuando nos perdimos. A ellos que iban más adelante los avisaron y entonces me paré y pude ver que las cintas continuaban más arriba. Creo que fue un punto conflictivo en el que se perdió más gente, decían que habían movido las cintas o algo así no sé. Las clasificaciones al final quedaron un tanto desvirtuadas, hubo gente que retornó al recorrido en distintos puntos y se saltaron alguna parte, otros que retrocedieron e hicieron metros de más. Incluso el primer puesto no estuvo del todo claro y en la entrega de premios se subieron tanto Castor como Casado a lo más alto del cajón. Yo cómo iba por detrás no sé lo que sucedió con los primeros puestos. Por mi parte seguí el recorrido marcado y no volví a tener problemas aunque en este último tramo estuve más pendiente de poder ver las cintas que de correr.
Al final acabamos llegando al balneario y de ahí apenas un par de km muy rápidos hasta meta. Pesca y Suso, que se habían reincorporado al recorrido por detrás mía, me pasaron como 2 exhalaciones y no les pude seguir, y eso que los animalitos venían de correr el maratón de Milán la semana pasada.
Si pude alcanzar a otros corredores y ganar un par de puestos antes de entrar a meta junto a Iván Dosantos.



No hubo más historia, 1h36'43" puesto 38 con el asterisco de lo antes comentado. Objetivo de entrenar cumplido, era de lo único que se trataba, una buena tirada y las piernas calientes. Poquito a poco a ponerse fuerte para la pista, quiero volver y estar al menos en los tiempos del año pasado.

Clasificaciones (completas aquí)
Masculina
1º Castor Salgado Limiactiva 1:13:49
2º Rubén estávez BTT Verín  1:14:24
3º Jose Manuel Casado Vía XVIII 1:14:47

Femenina
1ª Cristina Rodríguez 1:42:53
2ª Mª Luisa Vázquez  1:48:03
3ª Mª Julieta Hernández 1:48:04

Fotos: Pozo do Demo 1, 2, 3,

miércoles, 15 de abril de 2015

I BTTrail Península do Grove

He vuelto. No quizás a competir pero sí, al menos, a ponerme un dorsal. Me enteré de esta prueba hace un par de semanas, aún estaba medio convaleciente y empezando a entrenar de nuevo, pero me tuvo muy buena pinta y algo en mi interior me dijo que me apuntara. Hay una frase de Isak Dinesen (o Karen von Bixen-Finecke su nombre real) que dice algo así como que la cura de todos los males está en el agua salada: sudor, lágrimas o el mar. Dejando de lado las lágrimas y puesto que sudar puedo hacerlo en todos lados, lo que me apetecía realmente era ver el mar.


No vivo lejos de la costa pero tampoco puedo ver el mar todos los días y eso es algo que siempre eché de menos. Ni siquiera cuando vivía en Vigo gracias a mi horario y al fantástico urbanismo (je) de la ciudad podía hacerlo.
Hacía tiempo que no participaba en un trail y la distancia aunque no fuera muy larga si me imponía cierto respeto, porque en el último mes apenas he podido sumar kilómetros y porque me considero corredor de distancias más cortas. De todas formas malo sería. El perfil no era muy amenazador ni mucho menos, al desarrollarse todo el recorrido en la otrora isla del Grove poco monte puro y duro había. Era más bien un recorrido de dar zapatilla con muchos cambios de terreno (pero esto por una parte también lo hacía duro) A mi de todas formas este tipo de perfil me va bien y que el recorrido fuera poco técnico también, tenía ganas de levantar la cabeza y disfrutar del paisaje en vez de estar continuamente mirando donde pongo los pies.
De mi casa al Grove por autovía/autopista es hora y media. La salida estaba para las 10 de la mañana así que tocó madrugar un poco aunque no demasiado. El día anterior había estado de juez en una competición escolar de atletismo y acabé reventado, desde fuera no se lo imagina uno pero algunas actuaciones cansan más que competir. Fueron más de 4 horas de pie (me tocaron lanzamientos) y siempre al sol, que estos días pega bastante. De todas formas ya no me cogió de novato y llevaba puestas las medias de compresión, para esto si que son útiles.

Foto David Lema

Al trail acudía sin ningún tipo de objetivo, ni intención de competir ni nada, me daba igual hacerlo en más o menos tiempo, era de esas ocasiones que lo único que quería era disfrutar del recorrido, apreciar los paisajes, empaparme de los sonidos, colores, sensaciones... era lo que en esos momentos para mí tenía sentido, no hubiera firmado estar entre los 20, los 10 o los 5 primeros ¿para qué? Otro día quizás, pero esta vez buscaba más un reencuentro con una parte de mí, con los motivos por los que empecé, con los motivos por los que sigo en esto.
Dar un 10 a la organización es quedarse corto. Para mí perfecta. Ruta bien señalizada, imposible perderse, en cada cruce conflictivo siempre voluntarios, los avituallamientos suficientes, animados y bien surtidos, gente superamable, gaiteiros... Por mi parte hasta agradecí que no fuéramos muchos inscritos, poco más de un centenar, por el ambiente familiar. Reconozco que los trails con muchos participantes me agobian, en populares aún lo soporto, pero yo cuando corro por el monte me gusta disfrutar hasta cierto punto de la soledad, del silencio y de los paisajes. A mi lo de subir haciendo cola como si fuera un centro comercial o bajar con el aliento de una fila de corredores detrás me desagrada bastante. En cambio esta vez fue perfecto.
Los primeros kilómetros transcurrieron por terreno urbano con alguna subidita buena por asfalto hasta internarnos en el monte. Yo me lo tomé como un calentamiento pero me pareció que la gente salía bastante deprisa ¡Que son 26 Km! Aunque claro, con la proliferación de estos últimos años de maratones de montaña, ultratrails y demás 26 km parecen ya poquita cosa.



Toda esta primera subida era bastante tendida y se hacía entera corriendo, pista ancha sin mayor dificultad en un bosque de acacias bastante sombrío. Luego en el descenso ya nos meterían por algún tramo de sendero. De esta forma llegaríamos al primer avituallamiento de Punta Moreiras, Km 7. Me paré a beber y miré el crono, 36'. A poco más de 5'/Km, para un trail eso es ir muy rápido.


A continuación vendrían 13 Km absolutamente espectaculares bordeando la costa. Me resulta difícil hacer una descripción, simplemente me pareció precioso. Una sucesión de caminos bordeando playas de arena blanca y aspecto salvaje, con un mar de color azul intenso y olas que venían a morir mansamente a la orilla. Un paraíso cercano, por suerte a salvo de momento del cemento, que se ha cargado buena parte de nuestra costa.
Algunos tramos de camino discurrían sobre arena blanda de playa, lo que lo hacía bastante duro para correr. No pude menos que acordarme del maratón de las arenas, si aquí un tramo de 500 o 600 m ya te dejaba las piernas calientes ¿cómo será recorrer esas inmensas extensiones?


Entre playa y playa de vez en cuando tocábamos algún sendero de pescadores, pequeños toboganes en los que no dejabas de correr en ningún momento. Ya había transcurrido casi media carrera y aún no había tenido que caminar en ningún momento. En ocasiones iba solo, en ocasiones acompañado, 2 o 3 personas, no grupos mayores. En algún tramo fui en compañía de Amador del CAR Redondela, de los pocos participantes que conocía antes de la carrera. Pero en general de lo que iba acompañado era de mis pensamientos, o mis no-pensamientos, la vida es hermosa cuando llega a ser tan simple, un paso tras otro en este escenario, acariciado por la brisa y con la banda sonora de las olas. Si bien es cierto que la belleza está también en los ojos del que mira, otros no verían nada, arena que se mete en las zapatillas quizás, yo me considero afortunado, es lo que tiene estar enamorado de la naturaleza.



El segundo avituallamiento estaba situado en el km 12, Punta do Carreiro, un pequeño alto en la costa. De nuevo me paro a beber con calma y disfrutar un poco del entorno, ahora también como, que ya llevamos más de 1 hora de esfuerzo y aún resta otro tanto. Buena idea lo de trocear las barritas. Se me ha metido algo de arena en las zapatillas y temo que me hagan alguna ampolla. Al final no fue a más.



Otra vez en marcha. Más terreno de costa y playa. Si algo me daba envidia era no poder pararme y estar un rato en cada playa que encontramos, que además estaban totalmente desiertas. Envidia también de los ocupantes de aquella furgo estacionada a pie de playa, debe ser un placer despertar por la mañana y ver ese panorama. Algún día haré eso, me atrae pasar una temporada nómada, en un futuro quizás.
Pero dejándome de ensoñaciones, mi próximo destino estaba en el naútico de Pedras Negras donde se localizaba el siguiente avituallamiento. Llamaba la atención que el borde de la senda por donde corríamos apareciese toda vallada de concertinas delimitando una zona militar, la antigua batería de San Vicente, ahora en desuso. Aún se pueden ver los cañones oxidados. Me pregunto cuanto dinero en el mundo se invertiría en construcciones como esta que luego no valieron para nada. Los seres humanos nos pasamos la vida protegiéndonos de peligros imaginarios y descuidamos los peligros reales.
De la senda pasamos a una pasarela de madera que ya nos dejaría en Pedras Negras. Una parte muy rápida pero que también tenía sus toboganes.



3º Avituallamiento. Km 17. Animados por la gente del lugar. de nuevo parada y a comer y beber con calma. Físcamente me encuentro bastante bien, quizás lo que  peor llevara fuera el calor. En este avituallamiento tenían patatas fritas y me comí unas cuantas. Y eso que no es algo que me entusiasme ni nunca antes tomara patatas fritas en un avituallamiento pero creo que el cuerpo me pedía algo salado. La verdad es que estaban tan bien abastecidos que daban ganas de pillarse una silla y estar ahí de terracita. Sólo faltaba la cerveza.

Para mí la foto de la prueba. Almudena, la superbombera, es todo un espectáculo.
Había que seguir. De nuevo un tramito de playita por arena blanda y luego un pinar, más pista y por fin un tramo largo de playa donde pudimos correr por arena dura. En esta playa si que había ya algunos bañistas. Salí del avituallamiento anterior en compañía de Amador pero luego me paré a mear en el pinar y me quedé solo. Cuando llegaba el momento de abandonar la playa vi que un corredor que iba delante tenía problemas de calambres, o algo así, en un gemelo y Amador, que marchaba justo delante, le dijo siéntate ahí que me quedo yo contigo y te ayudo a estirar. Yo ya no me quedé porque con una persona llegaba, aunque no me hubiera importado. Esto lo cuento porque me pareció un gesto muy bonito, si no se hubiera parado hubiera llegado antes que yo y que otros pero no le importó.
Estábamos en torno al km 20, por mi reloj había transcurrido alrededor de 1h50' y abandonábamos definitivamente la costa para adentrarnos en el monte. Al principio los desniveles eran suaves pero luego llegó un momento que aquello se convirtió en una pared. ¡Vaya subidita! No la esperaba tan dura. Me recordó un poco a la que hay, o al menos había, en el trail del Galiñeiro hacia el final, pensabas que se había acabado y te encontrabas una buena sorpresa.




Aquí si que correr ya no, no hay fuerzas. Subir y a duras penas, con las manos en las rodillas. A lo lejos se escuchaba la música de las gaitas. En la cima estaba situado el último avituallamiento pero se haría esperar. El esfuerzo mereció la pena. Las vistas impresionantes. Me paré unos minutos a contemplar el paisaje mientras bebía un último vaso de isotónica. Km 21, Figueira do Meco, 5 km para meta, en su mayor parte terreno favorable,


Las vistas

Ahora me empezaba a pasar factura la falta de kilómetros en las piernas. La subida me dejó tocado y en la bajada se me subió un gemelo. Me paré un momento a estirar y continué trotando algo más despacio con precaución. Por suerte no tuve más problemas pero el tramo de subida que había a continuación, apto para hacerlo corriendo, lo tuve que completar andando.


El tramo final hasta la línea de salida ya no presentaba mayor dificultad pero se me hizo duro. De todas formas, el buen sabor que me estaba dejando todo el recorrido me hacía ir ligero.
Cruzo la línea de meta entre aplausos del público. Siempre me causa admiración que haya gente que te anime en pruebas en las que las diferencias de tiempo son tan grandes, quiero decir que tiene mérito estar todo ese tiempo animando y aplaudiendo en una línea de meta.



26 Km, 2h43'57", puesto 48º, sobre la mitad de la clasificación o un poquito mejor. No tiene ninguna importancia. Lo sentido durante el recorrido si.
Por la tarde me quedé por la zona, me hubiera gustado volver a las playas por donde pasamos pero no sabía llegar con el coche así que me fui a la Lanzada. Piernas en remojo, paseíto, bocata en la playa y minisiesta a la sombra. No todo va ser deporte. Se estaba muy bien, mucho mejor que en el verano. El único fallo fue no traerme las pinturas. Para la próxima.


Clasificaciones (completas aquí)
Masculina
1º Xosé Antón Barreiro C.D. San Paio 2:04:59
2º César Santos Ponteseca Trail 2:05:10
3º Rubén Rodríguez CD Ría de Arousa 2:05:25

Femenina
1ª Almudena Suárez Brigantia Aventura 2:40:38
2ª Vanessa Berdejo Galiorient 2:51:13
3ª Margarita Aguín CD Ría de Arousa 3:00:18


viernes, 3 de abril de 2015

Goodbye Tri

"Hay momentos en la vida en los que se tiene necesidad de hacer balance, de hacer inventario de uno mismo, en lo bueno y en lo malo. Llegan momentos en que se quiere comprobar si las propias aspiraciones siguen siendo las mismas o en qué medida han cambiado. Para que el examen pueda servir tiene que ser general y despiadado, una valoración difícil que está a mitad de camino entre la simpatía ciega que se siente por uno mismo, y el desprecio; entre la presunción de ser útil a alguien y el doloroso temor a no serlo"
Walter Bonatti

Después de mi última entrada volví a caer enfermo. Me vi en la obligación y también el deseo de parar totalmente unos cuantos días y restablecerme bien. Prácticamente todo el mes de marzo fue de continuos parones, entrenamientos a medias y malas sensaciones.
Como llevaba desde principios de mes arrastrando la misma sintomatología: mocos, tos, algo de inflamación en la garganta el médico decidió darme antibióticos y me dejaron bastante deshecho. Hoy hace una semana justa desde que volví a entrenar y por primera vez me he vuelto a encontrar bien, con fuerzas y disfrutando. De todas formas el parón y toda una serie de circunstancias hicieron que me replanteara totalmente la temporada, objetivos y entrenamientos.
Cómo cuenta Bonatti era hora de hacer balance. Había algo que no funcionaba. Soy de la opinión de que mi felicidad es algo muy serio y es a lo único que me debo. Puede sonar egoísta pero también opino que no hay felicidad sin considerar a los demás. Las personas no son entes aislados sino que todos estamos interrelacionados y la mejor forma de ser feliz es también procurando que los otros también lo sean, o al menos aliviando su sufrimiento cuando ello no sea posible.
Por otra parte creo que las personas también evolucionamos, por decirlo de alguna manera, y lo que un día nos llena llega un momento que deja de hacerlo y es preciso pasar página. El triatlón ha sido muy importante en mi vida los últimos 11 años, me ha dado muchas cosas, amigos, experiencias, ha sido una fuente de aprendizaje vital y también de disfrute. A nivel deportivo me ha permitido vivir la emoción de disfrutar de grandes eventos, un campeonato de Europa, otro del mundo, varios de España, así como pruebas singulares que quedarán por siempre en mi memoria. Pero creo que cómo pasa en las relaciones hay que saber en qué momento se agotan y no dan más de sí. No ha sido nada nuevo, quizás una deriva de los últimos años, he perdido el interés por múltiples causas. El año pasado decidí que fuera algo secundario frente al atletismo salvo el mundial de du que me hizo ilusión y lo disfruté mucho.
Llegué al triatlón de casualidad, prácticamente obligado por una mala anatomía que no me permitía sumar kilómetros ni hacer grandes entrenos en el atletismo, mi verdadera pasión. Pero ahora ha pasado el tiempo y he decidido volver a centrarme un poquito más en la carrera que requiere menos horas y me permite un mejor equilibrio con otros aspectos de mi vida. Tengo también interés por probar algo nuevo, seguramente algún deporte naútico, puede que retome el windsurf en el verano o empiece más en serio con el piragüismo o mismo el remo. Por supuesto seguiré nadando un día a la semana como siempre y participando en travesías que me encantan aunque sea un plomo, también usaré la bici para recuperar o para dar un paseo cuando me apetezca pero nada más, quiero salir de este círculo del más y más, tengo otros intereses, el triatlón se ha vuelto muy competitivo y no quiero pasarme el día entrenando. Siento necesario un alejamiento, al menos por un tiempo.
No puedo decir si es un adiós o un hasta luego, si me volverá picar el gusanillo y prepararé cualquier cosa, si habrá una segunda parte o si haré alguno para divertirme. No lo sé. Estoy inscrito al tri de Baiona, distancia olímpica, no sé lo que haré, si voy será sin entrenarlo ni tocar la bici pero no me preocupa. Iré simplemente si tengo ganas.
Han sido 10 años maravillosos, no me puedo quejar.
Gracias por todo.

Goodbye stranger, it's been nice
Hope you find your paradise
Tried to see your point of view
Hope your dreams will all come true

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