Este fin de semana volví a calzarme las zapatillas de trail que llevaban bastante tiempo ya en el armario. Aunque no fuera para una carrera montaña pura y dura esta de Riós está bastante bien. Para gustos hay colores pero a mi me agradan este tipo de carreras por pistas que se pueden hacer corriendo en su totalidad.
Como desde el Desafío Islas Cíes no había vuelto hacer nada largo, lo más, los 15 Km de la semana pasada, que no es ni largo ni corto, esta carrera me venía bien como entrenamiento para el medio maratón de Pontevedra del próximo fin de semana. No porque vaya a hacerlo bien, que no estoy en forma, pero al menos para poder acabar con dignidad y disfrutando. A ver...
El recorrido era conocido del pasado año, que también corrí. Este año al menos las condiciones eran mejores, sin lluvia y con el firme en mejor estado. A priori sería más fácil.
Riós queda un poco a desmano de la mayoría de lugares de Galicia así que la participación fue, un año más, reducida. Incluso este año no hubo ninguna chica que corriera. En el lado positivo al menos estábamos como en familia y reinaba un buen ambiente.
En familia |
La carrera es muy básica en cuanto a todo pero cumple con lo fundamental. 3 avituallamientos, algo de fruta por el camino, señalización bastante apropiada, aunque hubiera quien se perdiera. Se echa de menos quizás algo más de personal en algunos puntos, pero vamos, es comprensible.
Mi carrera tuvo poca historia porque básicamente iba a rodar. El objetivo era intentar correr siempre, como si fuera un entrenamiento, sin preocuparme demasiado por los ritmos o los tiempos.
La cosa se complicó un poco porque ya en la primera bajada me hice daño en un pie, la zapatilla o el calcetín me rozaron y me levantaron la piel de un dedo. Ufff.. lección aprendida para el próximo trail: llevar conmigo un par de tiritas.
Este incidente que me sucediera a un par de kilómetros de meta pues bueno, pera ya al inicio suponía un buen problema. Lo único positivo era que, al menos cuesta arriba, no tenía problemas, y llaneando pues era bastante soportable.
Por ello una vez superada la primera bajada, como a continuación venía un terreno ascendente, pude correr sin dificultad. Lo malo sería cuando tocara bajar de nuevo.
Sucedió lo esperado, hacia abajo el dedo rozaba con la zapatilla y veía las estrellas. Yo que ya bajo mal de por sí ahora bajaba como Chiquito de la calzada, no puedorr...
Cuando llegamos a un tramo de pista asfaltada me vi obligado a parar e intentar apañar la situación. Lo único que podía hacer era aflojar el cordón en la parte delantera de la zapatilla y apretar lo que pudiera en la zona más próxima al tobillo, para que el pie no se fuera hacia delante dentro de la zapatilla.
Funcionó a medias, iba un poco incómodo, pero al menos parecía que así no rozaba tanto. De todas formas aún quedaba mucha carrera por delante y me provocaba cierta inquietud.
Cuesta arriba me sentía bien, ritmo constante, sin tener nunca la sensación de que tendría que echar a caminar. Cuesta abajo... pues bueno, creo que intenté bajar de todas las maneras, talonando más menos, de lado... en fin.
Calculaba echar sobre 2 horitas pero al final fue un poco más. 2h06'29", entrando de los últimos (37º), que aquí participantes pocos pero el nivel medio bastante alto. Hice incluso más tiempo que el año pasado, pero tampoco tiene demasiada importancia.
En el fondo fue una bonita mañana recorriendo estas tierras y 21 Km para unas piernas que van poco a poco recuperando sensaciones.
Para los que se estén preguntando por mi pie, efectivamente al llegar a la ducha y quitar la zapatilla el calcetín estaba empapado en sangre (je, suerte que era negro) pero nada grave, aún conservo todos los dedos :-)
Gajes del oficio. Me quedo con las buena sensaciones en la parte final de la carrera.
1 comentario:
Ninguna chica? jooooo! espero que estés mejor del dedo
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