lunes, 29 de octubre de 2012

XXXV Carreira Pedestre Popular de Santiago

Comentaba ayer en el caralibro que siempre era bonito correr por Santiago. Me gusta mucho el recorrido de esta carrera. Me gusta menos el tema de la masificación. Pero si ponemos todo en la balanza, tanto la situación de la meta como los 2 últimos kilómetros por el casco viejo pesan mucho y hacen que esta prueba merezca la pena.


La organización tiene cosas buenas y otras no tanto. Este año llegué un poco tarde (a las 9 estaba aparcando el coche) y la recogida del dorsal se prolongó demasiado tiempo. Había varios puestos, los 2 primeros que repartían 800 dorsales cada uno, que estaban vacíos, mientras que el que me tocaba a mi, y que repartía 1600 dorsales, tenía una larga fila de gente. Aún admitiendo la complejidad del caso, con los mismo recursos disponibles quizás hubiera sido posible una forma más eficiente de repartirlos, no sé.
En el aspecto positivo está el número de voluntarios, policías, protección civil, etc. movilizados, el hecho de que el circuito esté perfectamente delimitado y cerrado al tráfico, incluso en el casco histórico no vi muchos problemas (las veces que corrí yo por lo menos) con visitantes ni vecinos, ni con coches que quisieran entrar o salir, ni nada de eso.


Como ya dije, se me hizo un poco tarde y el calentamiento fue de lo más chapucero. Básicamente consistió en correr con la mochila a cuestas hasta el coche (oye, como cansa, no sé como dan corrido así en Sables), cambiarme rápido y volver corriendo a la zona de salida.
Este año como novedad había salida por cajones de colores pero al final no sé si sirvió de mucho porque la gente se sigue colocando donde le da la gana. Yo tenía el color azul que en hombres eran tiempos de 12 km de 45' a 55' (mi mejor tiempo aquí fue de 49' poco hace años que serían unos 48' y pico netos) y me situé justo al lado del cartel que delimitaba el inicio del cajón amarillo. Pese a ello, una vez iniciada la prueba aún tocó sortear algún que otro 'elemento estorbante'.
De todas formas esta vez pude alcanzar la alfombrilla de salida de forma relativamente rápida, sólo 15" frente al más de 1' de alguna edición pasada.

La salida, impresionante foto. Por algún sitio andaba yo.

La cuesta de Juan XXIII resulta complicada y peligrosa. Además de empujones, codazos y demás maniobras, junto con los ya mencionados 'elementos estorbantes' y los corredores 'zigzagueros' (otro clásico de las carreras multitudinarias), hubo que sortear también unas vallas de obra que parecían puestas a propósito para tropezarse con ellas.

Fijarse en la situación de las valas ¡pa'berse matao!
Esta parte siempre me resulta un poco agobiante aunque reconozco que hubo años peores. A lo mejor no salí tan mal situado o el tema de los cajones si que tuvo alguna influencia para mejor...

Llegué a la banderola del km 1 en 5'11" ¿estaría bien colocada? No me daba la impresión de haber perdido tanto tiempo pero puede ser. Recuerdo años en los que había tardado más de 6'.
A partir de ese momento la cosa iría más tranquila. Aunque siempre se corre rodeado de gente al menos se va de forma más fluida y hay menos riesgo de tropezón.
El día estaba estupendo y la Tª para mí también. A la mañana temprano hacía un pelín de fresco pero luego corriendo hasta se agradece. El viento que soplaba parecía haberse calmado, así que se daban todos los elementos para disfrutar de una bonita carrera matutina.
Tras la experiencia de Pontevedra la semana pasada mi único objetivo hoy era el de poder correr y disfrutar corriendo, correr sin dolor y sin tener que soportar esa especie de martilleo a cada zancada que me destrozó en Ponte.
Esta semana apenas entrené, me la tomé como una especie de transición entre 2 temporadas. Asistí a unas jornadas sobre nutrición en Lugo y esos 2 días no hice ninguna actividad física. Del resto fui un día al curso de escalada, un día a la piscina para no olvidarme  (jeje), un día de gimnasio pero dedicado sobre todo a hacer estiramientos y 'core' y un día que me apetecía correr pero salí sin reloj ni pulsómetro (que lo tengo estropeado) ni recorrido fijo.

Tenía cierto miedo de que se repitiera la historia y cuando en el km 2 empecé a sentir molestias en la zona del soleo se encendieron todas las alarmas.
Pero al final no. Los kilómetros transcurrieron de forma cómoda y pude volver a disfrutar del placer de correr. Como el año pasado corrí sin importarme el tiempo y sin un objetivo definido, y las sensaciones resultaron de lo más agradable. Disfruté del día, del recorrido, del público, y de la gente que tenía a mi alrededor.


Se me pasó todo volando. Del cartel de 'faltan 11 km' al de 'faltan 8' fue como un abrir y cerrar de ojos. Ni me enteré de los puntos intermedios. 11'54" el parcial de estos 3 Km con perfil favorable.

Perfil

A partir de ahí alguna gente empieza a perder fuelle y hay que tener un poco de cuidado al adelantarlos pero el mayor peligro lo llevan aquellos que andar subiendo y bajando de las aceras. Además del perfil yo creo que a esta carrera la hacen dura la cantidad de cambios de ritmo, frenazos y acelerones que se suceden a lo largo del recorrido.
En el km 5 o 6 me encuentro con Pirri y vamos juntos un buen rato, prácticamente hasta el inicio de la cuesta de Vite.
En el km 7 y 8 hay una serie de repechillos que se hacen duros pero son sólo el aperitivo de la famosa cuesta. En realidad la subida subida no llega a los 2 Km y la parte dura se concentra hacia el final, los últimos 300 o 400 m. El problema es que si subes muy alegremente al principio luego se acaba pagando. 4'43 y 4'49" fueron los parciales de esta parte. Suben bastante la media del ritmo por kilómetro pero también es de los tramos más emblemáticos de esta carrera.
Aquí Pirri se quedó atrás, luego recuperaría lo pedido en la bajada, y coincidí con Cuco.



Una vez coronado el 'puerto' hay 2 kilómetros para disfrutar hasta llegar a meta. Lo típico sería lanzarse a tumba abierta pero me lo tomé de forma más conservadora para no cargar los músculos en exceso (además de que yo ya de por sí bajo mal)





La sensación de callejear por esas calles empedradas es de los recuerdos que te quedan siempre de esta carrera.


Muy bonito, con mucho público animando. Llega un momento que parece que tras cada esquina te vas encontrar con el Obradoiro y la meta, pero siempre hay a continuación otra callejuela más. Aunque conozca esta parte de Santiago siempre me queda la misma sensación de laberinto interminable. Lo que pasa es que a diferencia de años en los que deseaba terminar y se me hacía larguísimo, en esta edición no lo anhelaba especialmente. Podrían decirme que le añadían 6 o 7 Km más de propina a la carrera y lo asumiría con una sonrisa. Cuando te diviertes haciendo algo no te alegra demasiado que se acabe salvo que al hacerlo obtengas una recompensa. Hoy sabía ya antes de empezar que no haría una marca especialmente buena, ni obtendría un resultado del que me podría sentir orgulloso así que, ¿para que desear el final?


Pero todo toca a su fin y finalmente aparece la plaza y la impresionante Catedral (así, con mayúsculas) El tiempo que se refleja en el reloj que hay bajo el arco de meta supera los 50' así que no merece la pena esprintar. Es como algo que tengo asumido. No es la primera vez que me sucede pero una vez más me salió de dentro el pararme y entrar a meta caminando. Fue algo subconsciente, un impulso... no sé muy bien por qué. Quizás, dado el escenario y las circunstancias, sintiera la necesidad de entrar en meta no como corredor sino como peregrino.

Clasificaciones (completas aquí)
Masculina
1º Manuel Penas Otsu-Colibrí Guadalajara 35:53
2º Alejandro Fernández  OAAP  35:56
3º Bruno Miguel Ramos  Maia A.C. (POR)  36:35

Femenina
1ª Sara Pinho (POR)  41:52
2ª Rafaela Almeida  SLB (POR)  42:03
3ª Esther Navarrete A.F. Celta  42:08

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