domingo, 4 de mayo de 2014

Historias...

"En Castrelos, en el lugar donde ha forjado a sus corredores, apareció un día J.A.S. de la mano de A.P. y el hermano de C. P., Bernardo. Lo habían visto correr por la calle, donde se ejercitaba por su cuenta para participar en el Gran Premio de Navidad. Le dijeron que sería mejor que se pusiera en  manos de un entrenador. Y allí estaban. “Venía fumando”, recuerda  (...) “Para ser atleta no se puede fumar”, le indicó sin contemplaciones. “Rápidamente tiró el cigarro”. En aquel instante se inició entre ellos una amistad duradera, sólida. “No ha tenido otro entrenador. Para mí ha sido como un hijo”."




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2 comentarios:

Celina dijo...

Me ha gustado mucho la página!

Furacán dijo...

Está muy bien.

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