martes, 10 de marzo de 2015

Sobre dioses y cumpleaños

Esta semana no hay crónica de nada, fue un mal fin de semana. Estuve enfermo. Otra vez, vaya racha este año. Lo  de esta vez es un poco lo normal, casi todos los años me pasa lo mismo con el cambio de estación, un par de días con dolor de garganta, mocos y fiebre. Ahora ya estoy más o menos bien y hoy ya he he podido entrenar. Incluso si forzara un poco podría haberlo hecho el domingo pero no tenía mucho objeto y casi mejor descansar. Quería haber celebrado mi cumpleaños el domingo con los 21 Km de Carballiño pero se torció la historia. Por suerte ya de enfermar, menos mal que lo hice el fin de semana del europeo de atletismo. Al menos de estar en casa estuve entretenido, un gran campeonato.
Aparte de esto y a falta de otra cosa que contar voy aprovechar la oportunidad para escribir una reflexión de algo que siempre me ronda por la cabeza. Este blog ya hace tiempo que quedó un poco como diario de competiciones, en vez de escribirlo en una libreta lo escribo aquí, y si hay gente que le gusta leer lo que escribo encantadísimo, pero en el fondo es algo que escribo para mí. Al contrario que en CP Mag por ejemplo, que escribo más con la idea de transmitir algo, aquí no. Igual desde fuera se puede interpretar Rock you like... como un ejercicio de egolatría o como una forma de proselitismo de lo que se ha venido a denominar el running, o el triatlón o todos los rollos que hago a veces. Nada más lejos de la realidad. Es todo mucho más simple, para mí escribir es simplemente una forma de ordenar la mente,un ejercicio para ser más consciente, lo que llaman ahora mindfulness y que está tan de moda.
Pero ya me estoy yendo por las ramas. Quería hablar simplemente del tiempo, del concepto de tiempo que tenemos, al menos el que domina aquí en occidente, y para eso voy tirar de mitología. Más que nada porque no hay porque matarse a establecer nuevos conceptos cuando me puedo aprovechar de que hace casi 3 milenios unos pueblos de pensamiento avanzado lo explicaron de forma magistral, me refiero a los griegos. Tirar ahora de clasicismo, a lo mejor está mal visto, a ver que se cree este pseudointelectual, pero la verdad es que sigo pensando que en algunas cosas no sólo no hemos avanzado sino que hemos ido hacia atrás. Yo es que a veces leo comentarios en redes sociales y ya no sé si reír o llorar, dirán que los chavales de ahora tienen escasa compresión lectora pero es que hay adultos que vamos... y ya ni hablamos de ironía, ni de leer entre líneas... 


Ya me estoy desviando otra vez. A lo que iba, los griegos, que eran auténticos maestros en contar bellas mentiras para enseñar una verdad, tenían en su mitología tres dioses del tiempo. El primero y más conocido era Cronos, que luego los romanos rebautizaron como Saturno. Cronos es el dios del tiempo, el del reloj, el que devora a sus hijos. Cronos para mí es el dios imperante de la sociedad occidental, el que idolatra la juventud y esconde a los viejos en residencias, el que está detrás de las preguntas de cuantos años tienes? aún no te casaste?.. el que te incita a pensar que eres demasiado viejo para hacer algo, el que encasilla, que te vende productos de teletienda para no envejecer, el que te dice que es oro y te hace ir cada vez más rápido; cambiar de coche, de móvil, de ordenador, cada vez antes. Cronos es el dios de la fast culture, de la fast food, de las relaciones superficiales y sin profundidad. En el deporte mismo, es el dios del deseo de triunfo rápido e instantáneo, de la devoción por una cifra, por un marcador, por unos minutos y unos segundos. 
Cronos es un dios y como tal los mortales tenemos que estar sometidos a él pero tenemos cierta libertad en cuanto a nuestra forma de relacionarnos. Eso ya lo sabían los griegos.

El cuadro de Rubens, ríete del cine gore

Yo lo acepto pero no soy nada devoto de Cronos. Porque resulta que además hay otros dos dioses del tiempo. Aión es el dios de un concepto distinto de tiempo, podríamos decir que de la eternidad. No nace ni muere, es el dios de los instantes eternos, de la calidad de la experiencia. Aión es el dios de la vocación, el dios del presente sin futuro ni pasado. El que hace que cuando ves a un verdadero amigo tras largo tiempo parece que éste no hubiera transcurrido, el de la experiencia vital profunda, el de aquella carrera inolvidable, de aquella línea de meta, de aquella mirada, de aquella sonrisa, de aquel beso. Pasan los años, cierras los ojos, y lo sientes como si fuera hace sólo un instante.  Aión hace que haya días, horas... o incluso segundos que valgan más que años,  Es el dios de la quietud y el silencio, de la calma y la paz interior. Representado indistintamente como niño y como anciano. No pide nada a cambio, sólo da.
En la sociedad romana lo denominaron Eón y luego lo fundieron con Cronos, por eso  este concepto el tiempo es un gran olvidado de occidente. Nadie, o muy pocos, se acuerdan de él.
Por último está Kairós. Kairós era una divinidad menor, un daimon (demonio) que representaba la oportunidad. Aparecía como alado (la oportunidad pasa pronto) portando una balanza desequilibrada (la oportunidad es caprichosa y no es justa) calvo con un solo mechón de pelo en la frente (complicada de atrapar) No exige ni espera nada de nosotros, simplemente revolotea a nuestro alrededor. Si se va detrás de él se escapa, dicen que la única forma de que te toque es con la observación silenciosa y desapasionada de nuestro entorno. La oportunidad nunca se repite pero siempre está ahí, a nuestro lado.


Pues así, mientras os cuento todo esto, y os descubro mi devoción hacia Aión, y espero las visitas de Kairós me veo ya con 37 tacos. Como podéis imaginar no significan mucho, ni para lo bueno, ni para lo malo, un número sin demasiado significado. Si, me siento agradecido por un montón de cosas, por las felicitaciones y las muestras de cariño, pero prefiero decir que no cumplo años, cumplo experiencias y momentos. 
Y visto así hasta Cronos al final no resulta ser tan malo, porque en el fondo nada se crea si nada se destruye. Simplemente se necesita un contrapeso, un equilibrio, para que, como le sucede a mucha gente,  Cronos no nos devore antes de tiempo.

El cuadro de Goya, uno de mis terrores infantiles.

Feliz semana. La próxima espero que ya sea una entrada normal ;-)

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