"Un día estaba en los pastos y me encontré un viejo periódico
que hablaba sobre la rivalidad de Coppi y Bartali. Me llegó como un
rayo. Inmediatamente decidí que me convertiría en un campeón. Fuí hacia
el valle y me compré una bicicleta. Pero me engañaron, porque me
vendieron un perno viejo y pesado, eso lo descubrí despues. Mientras
tanto empecé a entrenar solo, pero no sabía mucho de eso. Mi preparación
básica era cargar sobre los hombros una cesta llena de ladrillos del
trabajo, y luego subir con el perno de Chatillon hasta donde termina la
carretera.
Cuando me llamaron al servicio militar me tocaron los alpinos.
Fuí enviado a Courmayeur, la sede del Grupo Deportivo, pero no como
deportista, sino como un soldado raso más. Un día recibí la orden de
cortar el césped de la casa del general. Así que le dije a mi sargento
furriel: ”Si me permite ir a casa y traer mi guadaña de segar el heno,
le haré un trabajo que dejará al general muy contento.”
“¿Y cómo te vas a casa, si no tienes coche?”
“En bici, mi sargento”
“Y ¿cuántos días te llevará ir desde aquí y volverte de nuevo a pedales?”
“Mire señor, si me deja ir ahora, estoy de regreso esta noche.”
El sargento se rió y me dejó ir. Cuando me vio ya en la tarde, con
la guadaña al hombro y dos botellas de vino para él en la mochila, se
quedó pasmado.
Me dijo: “Alpino Brunod, eres un talento natural. En diez días se
celebra una carrera ciclista reservada a la élite, y quiero que te
inscribas en ella para representarnos con tu bicicleta”
El día de la carrera me presenté con el perno bajo la pancarta
de salida. La gente se echó a reír. Los demás lucían hermosas bicicletas
y musculosas piernas depiladas. Tenía miedo, pero el sargento me hizo
un guiño de aliento. Al comienzo, de la pura emoción me tropecé y caí.
Los otros desaparecieron tras la primera curva. Entonces me sentí
poseído por la rabia, tal vez porque yo era pobre, o tal vez porque me
sentía burlado, salté sobre los restos del pelotón, arrastré al grupo y
demarré en la primera ascensión. Había ganado con más de un minuto sobre
el segundo.
Mi carrera deportiva comenzó ese día. Me convertí en un
ciclista de verdad, con una bicicleta de verdad. Corrí en equipo con
Claudio Chiappucci, con quien compartí habitación. Luego el médico me
envió a un equipo en Lombardía, donde vi algunas cosas que no me
gustaron mucho y dejé de montar en bicicleta. Me fui a casa y estuve
callado unos años. Así que empecé a correr en las montañas. Las
ascensiones siempre me han gustado, quizás porque se asemejan un poco a
mi vida."
El que pronunciaba estas palabras era Bruno Brunod, leyenda del skyrunning varias veces campeón del mundo (96-98) ahora de nuevo de actualidad tras el anuncio del proyecto de Kilian Jornet 'Summits of my life'.
El proyecto y este tipo de retos la verdad no me llaman mucho la atención pero gracias a él he podido descubrir esta historia-anécdota que me parece sublime. El texto es algo más largo con algún detalle más de su infancia y resto de su vida, lo tenéis más completo en el gran blog carrerasdemontaña.com que a su vez lo ha recogido y traducido del libro de Pietro Trabucchi 'Ripensare lo sport'.
El proyecto y este tipo de retos la verdad no me llaman mucho la atención pero gracias a él he podido descubrir esta historia-anécdota que me parece sublime. El texto es algo más largo con algún detalle más de su infancia y resto de su vida, lo tenéis más completo en el gran blog carrerasdemontaña.com que a su vez lo ha recogido y traducido del libro de Pietro Trabucchi 'Ripensare lo sport'.
4 comentarios:
Cuando estaba leyendo la historia pensé que era una historia antigua, como mucho de mediados del XX. ¡Qué sorpresa que fuese tan reciente! Gracias por compartirla.
Me alegro q te guste la historia. Es realmente impresionante, verdad? que alguien pueda empezar a correr por montaña a los 32 años, como hizo Bruno...y lleve el deporte a niveles que casi 20 años despues (su record Cervino es del 95) aun desafían a los más grandes, es algo increíble.
Menos mal que al menos ahora todos somos conscientes con Kilian de estar viendo al "Indurain" de las carreras por montaña y de la suerte q hemos tenido. Ojalá que su proyecto SMOL acabe con el sano, salvo y feliz. Yuyu me da.
Me ha pasado como a Xocas, que pensaba que íba a resultar una historia antigua (y ya sabes cómo me gusta la épica, sobre todo del ciclismo). Una maravilla y un gran motivo de reflexión. Es increíble que sea tan cercano a nosotros en el tiempo.
Gracias por compartirlo!
Gracias por los comentarios. Realmente la propuesta de Kilian parece bastante arriesgada, sobre todo por lo del Everest, ojalá le salga bien.
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